Hay cosas que nos gustan, pero nos gustan en esa medida exacta. No al por mayor. No quiero de más, dame lo justo. Ni mucho, ti tan poco. Exactamente lo justo. Llamame pero no me llames tanto, decime cosas lindas pero no te vuelvas un chicle, hacete desear pero tampoco te alejes.

Si fueras a la fábrica de Bagley, no comerías galletitas nunca más. Imaginate una olla grande como una casa, llena de masa caliente revolviéndose de manera circular. Después la máquina vuelca la masa pegajosa en miles y miles de moldes.

Si visitaras la fábrica de Sugus, tampoco comerías caramelos nunca más. Imaginate ahora líquido caliente azul, rosa, amarillo, violeta y fucsia batiéndose por separado, después puesto en moldes de cuadraditos hasta enfriarse. El olor concentrado a azúcar, mezclado con el agrio del ananá, la frutilla, el limón, la uva y la frambuesa.

No.
Por eso, mejor midámosnos.

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