Sí, soy de esas y me la banco: miro el celular del de al lado en el colectivo. Me encanta ver los SMS que le llegan a la gente, para darme cuenta que hay gente más loca y más boluda que yo en este mundo. Sobre todo los que escriben algo como 'Ola chiki! Toy volviendo a ksita. Vs? Ns vemos chanchito?'. Oh, por dios, mátenlos.
No me da vergüenza admitirlo. A Uds., que son gente de confianza, les advierto por las dudas, para que no se acerquen mucho si me ven en un transporte público.

Si bien me encantan, no compro nunca, para no tener que pedírselos al kioskero viejo verde de la esquina de mi casa.

Para esos domingos que no tenés ganas de cocinar, para ese primer mal día de trabajo, que no tenés ni hambre ni ganas de contar cómo te fue.

De los creadores de Doggi, llega Genti, la nueva comida balanceada que contiene todos los nutrientes de una alimentación saludable.
A sólo $20, precio sugerido.

Porque no siempre tenemos ganas de hacer sobremesa, contar anécodtas por cuarta vez o preguntar ' qué tal tu día'.

Refritando

Hay un momento, inesperado y medio inexplicable, en el cual se te prende la lucecita. Así. De la nada. De repente. Te estás lavando los dientes o estás estirando el brazo para parar el colectivo que si no para, llegás tardísimo; estás esperando que no te hierva el agua o terminando de tragar para hablar y te das cuenta ahí, te agarra como cachetada de frío cuando salís del subte: todo ese tiempo que pasó, tiene un denominador común y todo ese tiempo fue eso, ese denominador. Se ocupó de opacar todo lo demás; te dejó sin temas de conversación y sin darte cuenta, hiciste todo en función de él.
Meses para aprobar, meses para terminar una etapa, meses para irte de viaje, meses teñidos de un color. Meses esperando algo, meses esperando que no se termine. Pero siempre meses y un subtítulo. Nunca meses sólo, nunca un tiempo sin ese denominador imposible de sacarse como chicle pegado al pelo.
Conclusiones que parecen de fácil acceso, pero a la hora de aplicarlas, se nos complica la cuestión.

"Las relaciones sanas, son entre personas sanas".
Carta al marquero

Querido trabajador, señor marquero.
Le escribo pues ayer recibí su trabajo, el dibujo que mandé a enmarcar un mes atrás. Respetando su labor y su ritmo relajado, comprendí el tiempo que iba a llevarle, incluso acepté la suma de dinero que me pidió, pues valoro su capacidad.
Ahora, bajo el efecto de una pastillita rosa, me encuentro calma. Pero ayer, al ver lo que hizo con mi dibujo, cómo maltrató la hoja, cómo no comprendió mi pedido y armó la obra al revés, la furia tomó el control.
Paso a describir entonces, los objetos que por su incapacidad de comprensión y acción, rompí, en un acto de odio contra usté. Una lámpara con pantalla roja, la manija de metal una puerta al dar el primer portazo y un vaso de vidrio de tamaño normal. Quisiera saber cuándo usté, podría acercarse hasta mi recinto, para facilitarme el remplazo de estos objetos.

Decirle además, que quemé su tarjeta personal, con todos sus números, en medio de la crisis psiquiátrica y que ahora no puedo ubicarlo. Por lo que agradecería su llamado.
Por último pedirle que rehaga su trabajo, ahora de manera responsable.

Sinceramente,
Cantobar.
Randomeemos:

#Odio cuando te bicicletean con la frase 'No me quedó, pero entran la semana que viene'.

#Una parejita caminando por la vereda: ella tapado y botas invernales, él ojotas y bermudas.

#Me pregunto si el sueño y la época de parciales se amigarán alguna vez. Los niveles de ojeras que vi en la facultad esta semana llegaron a niveles desorbitantes.

#A veces vivimos como si mañana se fuera a terminar el mundo. Pensalo.

#Confieso: ver gente en un contexto que no es el habitual, me incomoda.

Tener esto, lleno de Rocklets, en mi escritorio, es perjudicial para la salud.


Ayer en un café me trajeron un sobrecito de azúcar como el de abajo. Me pareció muy simpático, y me hizo acordar a este lugar.


PUEDE QUE estos sobres de azúcar existan hace mucho. No es que sea una ignorante... es que no tomo infusiones. Ayer hacía frío y tuve que pedir un té, cosa que nunca.
Hoy me surgió una duda tonta: hablar de una boutique de ropa chota, ¿Es un oximoron?

EDIT: es un oximoron #minitah.
No me vengan con cuentos chinos.
Hoy es 21 de septiembre, muy lindo: empieza la primavera y algunos hacen pic-nic en la plaza.

El temita es que a los festejos del día de la primavera, hay que agregar que es el día del estudiante, día del fotógrafo, día de la radio, día de la ciencia y técnica, día de la sanidad, día del economista, día del arte, día mundial de la enfermedad de Alzheimer, y día Internacional de la Paz...

CREO, me parece, me suena, que falta rigor.


Plus: es el día de la independencia en Malta y en Armenia. Y en Bolivia es el día del médico y el día del amor.
En estos tiempos ya nada es normal o anormal...

Lo ves. Imposible no verlo. Lo cruzás frente a frente en una calle como Libertad o Suipacha. Un día cualquiera. Vos pensando en el paro de subte, y lo ves. Y te tarás, no sabés qué hacer.
¿Qué se supone en estas situaciones?
Lo dejo ir... es un disparate.
Caminás un paso más y te das cuenta que no podés.
Ok, lo corro y le hablo. Pero ¿Qué tengo que decir?
Si, ya se que no hay un código para saber qué decir.

¿Qué se supone que hay que hacer si encontrás en la calle a tu doble, a alguien idéntico a vos?
¿Sacarse una foto? ¿Intercambiar mails? ¿Hacer un grupo en Facebook? ¿Presentárselo a tus padres? No se entiende bien.
Hay un hombre que tiene un placard que da a la puerta de Narnia , que cada vez que cuenta que salió del clóset, todos creen que habla sobre su sexualidad.

N.R: A ver si aprendemos a mirar las cosas, de otra manera.
El personaje que Ud., no quiere ser en una cena protocolar.

Antes de estar todos sentados, cuando aún todavía no han sido dichas las primeras palabras correspondientes al brindis, Ud. ya está probando la panera y ha picoteado cuando creyó que nadie lo veía, el primer plato frío que ya está servido.
El comensal de al lado no desea comer sus pickles y Ud. que ya ha englutido hace varios minutos y ahora recorre el tenedor sobre la vajilla limpia, con esos ojitos deseosos le pregunta impune 'Ay! No te gustan?' Y clava el tenedor en el plato ajeno.
La persona que está comiendo frente a Ud. parece no interesarle aquél pedacito de salmón, Ud. dice 'Che no te comés eso, no? Es que lo veo ahí taaaaaan solito'.

No. Ud, no quiere ser esa persona.
Figurita repetida de hoy: extranjeros que no se entienden con el transporte público de la ciudad que visitan.
Estamos en 'Confesiones mode ON', OK. Así que confieso.
Es simple: no me llevo bien con el shuffle de Itunes. No, no es porque ande mal ni nada parecido.

Necesito elegir un disco, mentalizarme, saber en qué onda estamos. No puedo pasar por Pink Floyd, Los redondos y Jamiroquai en un lapso de veinte minutos (elegí las bandas con un shuffle verídico).

Ya confesé. Ahora no me persigas por la casa gritando 'Shuffffleeeeeeeeee'.
Un secreto: las compras en el tren no son tan malas.

Un secreto bis: los pares de medias que venden en la vereda, valen la pena.
NO QUIERO ser una persona demandante. El problema es que hablarte, es demandarte que me escuches.
Cosas que no entiendo (versión #2)

POR QUÉ algo que es tan simple, se complica tanto.
POR QUÉ algunos días se vuelven domingo.
POR QUÉ los lunes a la mañana bien temprano tienen olor a infancia.
POR QUÉ algunas canciones se vuelven in-escuchables.
Podemos hacer lecturas opuestas de una misma situación, y creo que es normal.

Ahora, si yo dejo pasar por alto semejante frase, eso ya no es normal.
LA CUEVA es el lugar geográfico de máxima inspiración.
Tiene ese no sé qué, que nos abre esa puertita mental. Nos sentamos ahí y la conversación fluye, avanza, aparecen preguntas y respuestas, conclusiones, verdades y premisas.
Es sí, quizás producto de la infancia impregnada de Cris Morena Group, puede ser que sí.
Aún así, nos reusamos a escribir sueños, deseos y miedos y tirarlos a la fogata cerca del río.
DIGAMOS NO al análisis literario de cada frase.

Chicas Largas trabajando para su salud mental.
Fui hasta ahí, no puedo no saludar. Es un segundo, nomás. Subir las escaleras y abrir la puerta. Ahí estoy. De repente,él, yo, tratando de remar algo inremable. El vínculo es de por sí raro, él nunca va a mostrarse realmente cómo es ante mi, y yo, estoy más contracturada que de costumbre.
Ahí en el mismo momento en que se me ocurre ese chiste desubicado, lo digo sin ningún tipo de filtro, por la verborragia incontrolable y en vez de colocar una excusa rápida, retirándome de la escena, continúo con ese chiste infame. En algún momento poco definido, me doy cuenta de lo que estoy haciendo. Y lo miro y bajo la mirada, porque no me aguanto ese nivel de incomidad.
Hago uso entonces de la excusa mientras abro la puerta y escapo en cámara rápida.

Esto es, básicamente el arte de aclarar para oscurecer.

ABRÍ la casilla de mail. Elegí cosas al azar para contarte: me cerré el dedo con la puerta de un auto y ahora lo tengo violeta; el gato está gordo; y el otro gato demasiado flaco.
Decidí hacer como si nadie existiera. Porque a la larga, podía no contarlo y no escuchar opiniones en contra de lo que estaba haciendo, ver cómo reaccionabas. Esperar.
Pero eso fue, ¿cuánto? no sé. Un par de minutos de amnesia temporal. En la que me creí esa mentirita facilitadora y amigable.
Se me pasó.
Y aprete delete.




Y un día como hoy, nos convertimos en esas personas a las que el celular les suena así o así.
NADIE TIENE certezas, verdades.
CÓMO PUEDE SER que el timing sea tan importante. Ése cruce témporo-espacial que nos define y nos condiciona, me tiene hasta las pelotas.