Esa pelusa símil-algodón-de-botiquín que invade las veredas es a los alérgicos, lo que la criptonita es a Superman.
En una clase de medicina, una muchacha a quien llamaremos M., sólo para reservar su identidad, es testigo de la siguiente conversación entre dos hombres.

Escuchemos.


Hombre 1: No sabés man..
Hombre 2: Qué?
Hombre 1: Yo estaba de novio,viste?. Bueno una vez, conocí una alemana una vez en un boliche..
Hombre 2: Y?
Hombre 1: Y nada, la mejor onda del mundo. Nos gustamos y yo iba a la casa, éramos como novios.
Hombre 2: Y tu novia?
Hombre 1: Nah, ella no se enteraba. Una vez estábamos comiendo con la alemana y me llamó mi novia. Yo atendí dije Hola mi amor, total, la europea no entendía nada.
No sabés las gomas que tenía la alemana.
Hombre 2: UHHHHHHH
Hombre 1: Y como yo no sabía inglés, le decía Pamela Anderson, Pamela Anderson, Baywatch.
Encima la mina era re gauchita, me cocinaba, yo le decía que quería milanesas y ella me las hacía.
Un día, me dijo Esperá, Ya vengo. Y apareció con una malla roja y corrió hacia mi en cámara lenta.
Llega tarde a la clase y se sienta en la primera fila. Es el único que elije la primera fila. Lo que no se entiende es si lo hace para mostrarse o si realmente no se da cuenta. Se instala con su computadora, apoyada en su panza cervecera. De tanto vegetar, creo que ya le está creciendo una joroba. Si tiene un día bueno se sienta y recorre Olé Online sin molestar; pero si durmió mal el día anterior, no duda: se saca los zapatos y, medias agujereadas de por medio, se acomoda cómodamente con los pies en la silla de al lado. Está en todos lados menos acá.

La profesora si bien lo ve, porque lo tiene enfrente, no le dice nada. Miralo, tan sinvergüenza. Y yo, más avergonzada ajenamente que nunca.
ES MEDIO PATÉTICO no levantar la gelatina que se me cayó al piso, y pisarla descalza 5 minutos después.






There's a fine line between
distraction and destruction.



La vida había sido eso, trenes que se iban llevándose y trayéndose a la gente mientras uno se quedaba en la esquina con los pies mojados.
Me siento una tonta cuando:

#Me caigo en la calle.

#Después de las clases de chino, tengo un antojo irrefrenable de comer comida china (sobretodo pollo con salsa agridulce).

#Me río de cosas que a la gente promedio no le dan gracia.

#Me bicicletean en un local con la frase 'No me quedó pero me entra la semana que viene'. (Repito el item porque sigo siendo vilmente bicicleteada por una vendedora).

#Me creo una que no es.

#Pienso que vi a alguien conocido por la calle y NADA QUE VER.

#La pifio con el clima, y por ende, la pifio con la ropa. (Si ayer hicieron 27°C, ¿Por qué no puede mantenerse la racha?)

#Elijo la caja rápida del super. Después de esperar 20 minutos en la cola, me acuerdo la mentira viviente que son las cajas rápidas.

#Me olvido el final de un libro o una película.


Post martes trece. Mecanismos de defensa, tendencia a ciertas cosas, botas de lluvia y muchos paquetes de Yapa.
Costumbre que me encanta: en charlas con amigas, denominar a las personas con sustantivos (En general hombres, claro).

Ejemplo: 'Hoy salgo con Corbatita. Me re gusta, chicas!'
Ya lo dije en el pasado. Lo repito: tengo un sexto sentido.
El peluquero se copó cortando y tu nuevo corte de pelo, te deja el look "peluca de puta" y decidís pintarte las uñas de negro, te mirás al espejo y pensás en Uma Thurman en Pulp Fiction.
Si es así, relajate.
El pelo crece.
Siempre me pareció ridículo que los hinchas se sientan parte del equipo al que alientan, con una frase como 'ganaMOS X partido'.

No ganaste vos, no te lo atribuyas.
Evitar la masa de gente que sube por escalera mecánica sería mucho más divertido.



Si, ya se que te acordaste de Tom Hanks en Fao.


Lo vi acá.
Busco el disco de Martín Buscaglia titulado 'Llevenlé'.
Si alguno de nuestros fieles lectores quiere y puede ayudarme a encontrarlo, será bienvenido (y recompensado de alguna extraña manera).
Me harta tener una memoria tan selectiva. En especial un día como hoy.
Cosas importantes como passwords o claves de acceso me entran por un oído y me salen por el otro. Recurro a mecanismos de lo más extraños para poder recordarlas: elijo esas combinaciones de números o de palabras que no se olvidan nunca.
Cuando tengo que recordar cosas bien inservibles e inútiles, memoria firme. Me acuerdo hasta el más mínimo detalle de esas situaciones que bien podrían quedar en el olvido.

Mis preguntas inevitables son ¿Por qué? ¿Qué pasa con mi cabeza? ¿No podemos jugar para el mismo equipo al menos una vez?
Pará, pará, congelame la imagen. Ahí, si, ese momento justo.

Es un contrabajo. No. Es una guitarra. No.

ES UN ESCUPITAJO.
ODIO A LOS QUE le dan al chamuyo impunemente y después son etiquetados en fotos de CaraLibro en un álbum llamado 'El amor de mi vida', obviamente por sus actuales novias.
Es pestanear y que el negro dure mucho y desconcentrarme cuando me hablás con esa manta de polar tapándote los pies del frío de la terraza, hablando sobre cosas que nos habíamos olvidado y confundiéndonos los nombres de los lugares.
Es seguir reviviendo esas minihistorias y todas las personas y caras que vimos, con ese apagón imponiéndose entre imagen e imagen.