En una clase de medicina, una muchacha a quien llamaremos M., sólo para reservar su identidad, es testigo de la siguiente conversación entre dos hombres.

Escuchemos.


Hombre 1: No sabés man..
Hombre 2: Qué?
Hombre 1: Yo estaba de novio,viste?. Bueno una vez, conocí una alemana una vez en un boliche..
Hombre 2: Y?
Hombre 1: Y nada, la mejor onda del mundo. Nos gustamos y yo iba a la casa, éramos como novios.
Hombre 2: Y tu novia?
Hombre 1: Nah, ella no se enteraba. Una vez estábamos comiendo con la alemana y me llamó mi novia. Yo atendí dije Hola mi amor, total, la europea no entendía nada.
No sabés las gomas que tenía la alemana.
Hombre 2: UHHHHHHH
Hombre 1: Y como yo no sabía inglés, le decía Pamela Anderson, Pamela Anderson, Baywatch.
Encima la mina era re gauchita, me cocinaba, yo le decía que quería milanesas y ella me las hacía.
Un día, me dijo Esperá, Ya vengo. Y apareció con una malla roja y corrió hacia mi en cámara lenta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Increíble, por demás...
Creo (una idea vaga sin sustento científico) que estas cuestiones, luego de oírlas en la clase de medicina, en el bar, en el colectivo, son las que claramente inspiran a cineastas para nuevas, originales y 'grandes' películas.